Branná está situada al noreste de la República Checa, junto a la frontera polaca, y pertenece a la región de Moravia Central (Distrito de Sumperk, región de Olomouc). Es una localidad pequeña, 303 habitantes, situada entre bosques y por la que discurre el río Branná, que da nombre al municipio.
Destaca por el castillo (zamek) cuyo origen se remonta al primer cuarto del siglo XIV (Aparece mencionado en una carta de 3 de mayo de 1325). En el siglo XV el castillo fue controlado por los señores de Wallenstein, que tuvieron una actuación destacada durante las guerras contra los husitas. La traza actual es de estilo renacentista. El edificio sufrió dos incendios devastadores, en 1770 y 1926, que estuvieron a punto de destruirlo en su totalidad. Durante 1938 se utilizó como cuartel del ejército checo. Tras la liberación en 1945 el castillo estuvo prácticamente vacío. En la actualidad se están llevando a cabo obras de restauración y mantenimiento.
Exterior del castillo (Entrada principal) 3 de julio de 2010
Exterior (Foso y entrada principal)
Trabajos de mantenimiento y restauración (Entrada principal) 15 de julio de 2010
Trabajos de mantenimiento y restauración (Lienzo este)
Patio y arcada renacentista
Patio (Lienzo sur)
Exterior (Lienzo oeste)
La iglesia de la localidad está dedicada a San Miguel. En un principio fue iglesia protestante, pero en el siglo XVI, tras la batalla de la Montaña Blanca, fue convertida en iglesia católica. En 1906 sufrió uin incendio, por lo que la torre tuvo que ser reconstruida en su totalidad, pero siguiendo los planos originales. En su interior destacan las pinturas de Sebastini, el púlpito, el órgano y, especialmente, una escultura de la Virgen María traída a Branná por un caballero de la orden de Malta (1521).
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