miércoles, 14 de marzo de 2012

Muerte de don Juan de la Cruz

Don Juan murió el 8 de diciembre de 1660, por lo que la herida de arma blanca que sufrió no fue la causante inmediata de su muerte.

Fue enterrado en la iglesia de San Juan de la ciudad de Ávila. El cortejo que acompañó el cadáver de don Juan hasta la iglesia estuvo compuesto por las cofradías de la Veracruz, la de Nuestra Señora de las Angustias, la Nuestra Señora del Rosario y la de las Ánimas del Purgatorio. El día del entierro se celebraron dos misas cantadas por su alma, mientras que al día siguiente se celebraron las honras.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Pendencia

"La enfermedad que tengo resultó de q estando debajo de los portales de el Mercado Grande de esta ciud, en los beinte y dos días de el mes de mayo de este presente año de cinquenta, entre las nuebe y las diez horas de la noche, en compañía de Franco Rodríguez, notario de la Audiencia Episcopal de esta dha ciud, y Juan de Tapia, procurador del número de ella, tratando de el pleito de una capellanía y de otras cosas, estaban en los mesmos portales passeándose dos perssonas que por entonces no conocí y después supe que heran dos jueces, que el uno se llama Juo Fernández Agüero de Fontaneda y, el otro, Diego de la Concha. Y los sussodhos se binieron para mí y los demás, y metieron mano a las espadas y me acuchillaron, y a los dhos Juo de Tapia y Franco Rodríguez, y me procuré defender. Y de la dha pendencia resultó el darme la estocada de que he estado y estoy al presente malo. Y el que me la dio fue el dho Juo Fernández Agüero de Fontaneda, y para descargo de mi conciencia declaro que si muriere de la dha herida no tiene culpa ninguna el dho Franco Rodríguez. Por no ser culpado en ello, antes procuró apaciguar la dha pendencia y meter paz".

Declaración testamentaria de don Juan de la Cruz, receptor de la Audiencia Eclesiástica y del Tribunal de la Santa Cruzada de la ciudad de Ávila.

Archivo Histórico Provincial de Ávila. Sección Protocolos. Año 1650.

jueves, 1 de marzo de 2012

Muerte (José Manuel Mariscal)

Junto a la entrada de Los Invalidos (París)

Llegó al alba, con las primeras luces,
entre sombras y brumas.
Se presentó arañando el aire con su corva,
robando el aliento de las bocas.
Un ruido seco sesgó la historia de Héctor,
el soplo de Dios se perdió en su negrura.
El éter, anegado por la niebla bruna y sucia,
se elevó a la patria celestial, al limbo de los probos.
Dulce néctar derramado, sombrío tártaro ocupado.
Sangre ardiente, inflamada, vertida en la sentina.

Poesía titulada Muerte, del poemario Lagrima Negra de José Manuel Mariscal