jueves, 31 de diciembre de 2009

Torre Jin Mao (Shangái)

Uno de mis gustos es coleccionar objetos- trastos en expresión de nuestras abuelas- de países del mundo.

Este es un cachivache - por seguir con la jerga de la abuela- traído de China. Se trata de un recuerdo- me gusta mucho más que la palabra souvenir- de la torre Jin Mao.



El rascacielos Jin Mao es el segundo edificio más alto de la República Popular China y el sexto más alto del mundo desde el 30 de agosto de 2008, cuando fue superado en altura por el nuevo Centro Financiero Mundial de Shanghai (SWFC), construido a poca distancia y de 492 metros. Está ubicado en el área de Pudong en la municipalidad de Shangái.

El edificio, proyectado por la firma estadounidense Skidmore, Owings & Merrill y Thomas Boada, tiene una altura total de 420,5 metros repartidos en 88 plantas. Se construyó entre 1994 y 1998 aunque no fue plenamente operativo hasta 1999.



Guerra para la sucesión a la corona de España


Los conflictos y apoyos- Cataluña y el papado y su defensa del archiduque Carlos de Austria- en la guerra para la sucesión a la corona de España se ilustran magníficamente en este documento

Archivo: Archivo Diocesano de Ávila
Documentación: Actas del Cabildo de la Santa Iglesia de Ávila
Fecha: 5 de mayo de 1713
Folio 40v

Lectura de una carta de Felipe V (Madrid, 25 de abril de 1713) en la que da cuenta de :

"lo perjudiciales que han sido al servicio de su majestad los escandalosos procedimientos del obispo de Barcelona, faltando al juramento de fidelidad y a las obligaciones de prelado, teniendo varias inteligencias con los enemigos, por cuyos indignos medios ha conseguido la dignidad cardenalicia"

Y haber resuelto su majestad:

"en atención a lo referido y a los demás motivos que expresa, ordenar a sus ministros no reconozcan por tal cardenal a dicho obispo de Barcelona, lo que también participa al cabildo, para que enterado de la justa resolución de su majestad ejecute y observe lo mismo"


Nota.- El obispo de Barcelona era don Benito Sala Caramany

domingo, 27 de diciembre de 2009

El Ciudadano

Hace unos días, ordenando la habitación que nos sirve como "despacho", tropecé con un libro en el que hace tiempo no reparaba: "El ciudadano".

Reflexionando sobre la España que infortunadamente me ha tocado vivir, las páginas de este libro serenaron mi espíritu inquieto.

Don Ángel Bueno- autor de esta pequeña joya- principia el manuscrito con una sentida y agradecida dedicatoria a sus difuntos padres, dedicatoria que, además, me trajo el dulce y tierno recuerdo de mi madre fallecida.

"A la para mi bendecida memoria de los amadísimos padres, que fundamentaron en mi alma los sentimientos Cristianos, Patrióticos y Humanitarios, dedico esta edición de El Ciudadano"

Madrid, 3 de octubre de 1904


Después de releer con mimo y provecho el tratado, decidí compartir sus juicios, sugerencias y exhortaciones.


"La sociedad en que nacimos, este gran conjunto de pueblos de la misma raza, hablando el propio idioma, sometidos a la misma autoridad, es la Patria…"

Emilín, el niño al que ilustra y guía, tras el discurso del maestro responde:

"supongo que empezará por explicarme bien lo que es Patria; pues aunque tengo ya la idea general de ello, me gustará que la desarrolle para yo engrandecerla más en mi inteligencia y fijarla mejor en mi memoria… además, pienso yo que la amaré más cuanto mejor la conozca; ¿verdad? Lo mismo que sucede con Dios y con todo lo bueno; que se le ama más cuanto más se le conoce"

Tras la petición y reflexión del niño, el maestro continúa:


"La patria es madre muy grande, con millones de hijos que velan por ella y la defienden y engrandecen; y al mismo tiempo, cada ciudadano se encuentra protegido por tan buena madre común que tiene por hijos a todos los nacidos en sus dominios, sin distinción alguna. Como nos arrullaba en la cuna con sus dulces cantos la santa mujer que nos dio el ser, así la Patria enardece a sus hijos con cantos de gloria, de heroísmo, mientras vela para que nadie les haga mal, amparándoles y sosteniéndoles con los variadísimos productos de la naturaleza de su suelo y del ingenio y el trabajo común de los ciudadanos; con los esfuerzos de su razón, de su discurso. Se sacrifica por su bienestar y comodidades, por su progreso, por su civilización, recompensando a cada cual según sus merecimientos, y facilitándoles al camino del triunfo, de la gloria, del honor…¡les sonríe y alienta, les modela el corazón y la cabeza para que piensen en Dios y le amen, para que sean buenos, virtuosos, ilustrados, inteligentes, pensadores. ¡Bendita, bendita la madre que nos dio el ser, y la Patria que nos le conserva y fortifica! ¡No hay mayor desgracia, que verse privado de madre o de Patria!"

Emocionado y conmovido, el pequeño descarga sus bellos sentimientos:

"¡Benditas sean, maestro mío! ¡Viva España!... Yo, para saber amar bien a la nación en que tuve la dicha de nacer, quisiera conocer la historia de cuantos hechos gloriosos realizó, no sólo en lo militar, sino en lo científico, en lo artístico, industrial, etc. etc."

El maestro responde:

"¡Tienes buen pensamiento en eso!: porque si los ejércitos españoles fueron siempre respetados y temidos, y supieron conquistar con sus victorias corona gloriosa de siemprevivas para la Patria, también sus artistas, sus literatos, sus sabios, sus industriales, realizaron obras que han sido, son y serán asombro de los siglos y las naciones. Y todos esos grandes hijos, con sus invenciones, sus obras, sus famosos hechos, abrillantan más y más el nombre de España, puesto muy alto en los dominios de la civilización y el progreso. Y esta gloria pacífica de la Ciencia, el Arte, el Ingenio… es más digna, más noble, más respetable aún que la de las armas. Además, pocos pueblos pueden ostentar más pura y grandiosa tal gloria pacífica; pocos podrán citar entre sus hijos tantos nombres ilustres de todas clases; pocos podrán ofrecer al mundo tantos verdaderos monumentos de arte, como España"

Tras instruir a Emilín sobre la virtud de la ecuanimidad y la justicia, prosigue:

"Así como nos sentimos atraídos fuertemente hacia el pariente que brilla por sus geniales obras, así también debemos distinguir en el corazón a los compatriotas que honraron más la Patria, que más se sacrificaron por ella… La Patria, vivienda de nuestros mayores, defendida y mejorada por ellos; por ellos que encontraron después la tumba en el objeto de sus amorosas atenciones. De modo es que cuantos pasos damos, los damos sobre terreno sagrado que encierra los restos de una actividad noble y honrosa, el recuerdo de terribles sufrimientos, el riego de lágrimas y sudores mortales; porque para realizar nuestros antepasados tan larguísima obra, para procurarnos por ella la libertad, el progreso, la vida cómoda y civilizada que hoy disfrutamos, tuvieron que luchar continuamente contra invasores tiranos y traicioneros; tuvieron que sufrir privaciones y penalidades de todo género, ingratitudes, desaires y desprecios; toda clase de desprecios; toda clase de miserias, en fin; ¡que lágrimas y sangre sirvieron de cimiento al monumento grandioso de la Patria!" Y a todas las generaciones debemos igual estimación, porque la Patria es el conjunto de nuestros padres, abuelos, bisabuelos, hasta los hombres que la fundaron"

Emilín, en su candidez, pregunta:

" ¿De modo que los antiguos… deben ser queridos y respetados por nosotros?"

A lo que el maestro responde:

"¿Quién lo duda? ¡Mucho!"

viernes, 25 de diciembre de 2009

Recuerdos

Mi abuela residió en Argentina en los años veinte. Fue, con dieciséis años, una emigrante más en busca de una vida mejor. A veces, pocas veces, recordaba momentos y anécdotas de los años que vivió en Buenos Aires. Siempre me gustó la historia de la travesía de partida. En el barco que les llevaba a la tierra prometida se extendió una infección, nunca supe cual, que obligó a poner el barco en cuarentena. Mi abuela y el resto de pasajeros sanos fueron desembarcados en una isla del Atlántico. Los isleños, según recordaba mi abuela, se comportaron con una amabilidad excepcional y sincera. Acabada la cuarentena, la travesía se reinició y discurrió sin más problemas.

Sólo me quedan dos recuerdos del lapso argentino de mi abuela: una fotografía de estudio- en la que está extraordinariamente hermosa- y una bombilla de mate.








¡Qué políticos! (III)

"Unas pocas palabras bien armadas en formación disciplinada derrotarían siempre a palabras apiñadas en una turba desorganizada y entusiasta"
Robert Graves. El Conde Belisario

domingo, 20 de diciembre de 2009

Abelardo Rivera y su retiro


Ávila "de los Leales"… De hombres vigorosos y mujeres altivas.

Ciudad de gestas y espíritu altanero.

Lope celebró sus divisas y sus adalides

Y tú, ciudad famosa,
gloria del timbre del blasón de España,
Ávila, por tus méritos dichosa
En cuanto Febo mira y Tetis Baña,
madre de tantos Héctores y Aquiles,
que ha hecho al mundo las hazañas viles
de griegos y romanos,
las plumas y las ramas en las manos,
con influencia igual, con igual parte
de Apolo que de Marte…

Unamuno entonó su nombre y elogió su condición

Ávila, Málaga, Cáceres…
¡Sois nombres de cuerpo entero,
y el tuétano intraductrible
de nuestra lengua española

Ávila de los Caballeros,
la de la recia monja andante;
castillo interior, torreones
contemplan verdor en el valle.
Tu sede se eriza de almenas
afuera, por dentro, en el ábside
la sangre cuajó en los sillares,
la luz en visiones de tarde


Jorge Ruiz de Santayana elogió sus almenas, sus templos y sus orgullosas almas

Sobre Ávila se yergue el castillo almenado;
nido actual de cigüeñas y antes de altivas almas;
aún desde la abadía que se abre sobre el valle
redoblan las campanas por cuantos nos dejaron


Díez Canedo gritó su nombre y sus nombres, mientras susurraba el silencio de sus calles

Música de plegarias y de aceros
-¡oh, fervor y arrogancia de Castilla!
tiene tu nombre resonante, villa
madre de santos y de caballeros.
¡Oh, silenciosas plazas! ¡Oh, severos
templos en que la vanidad se humilla
y, única luz, la penitencia brilla!

José María Pemán acaricia la tierra de dos delicados y resueltos niños

Todo el valle de Amblés, pardo y brumoso,
se muestra ante los niños. Por el suelo,
calcinado del sol de pleno estío,
las aguas del Adaja van corriendo,
con una pausado murmurar de vida
entre las piedras de los campos muertos:
y arropado en las brumas de la tarde
el valle mudo y quieto,
parece adormecido en la modorra
de un delirio febril, como un enfermo…
Mirando aquellos campos,
sin límites ni términos,
mirando aquellas brumas,
mirando aquellos cielos,
han sentido los niños en sus almas
la divina poesía de lo eterno…

De Vicente Toribio rezuma un recuerdo, entre aguerrido y místico, del tiempo

Fábrica medieval de canto y sueño
que emerge su perfil guerrero
sobre la niebla del fecundo Adaja.
Ara de fe cercada en piedra y defendida
que por estar próxima al cielo
en roca viva se elevó en altura

Y…

Pero… Hoy quiero recordar a Abelardo Rivera, del que un leal amigo glosó

¡Rivera!, el militar pundonoroso, el caballero integérrimo, de exquisito trato social y de luminoso entendimiento, a quien no le mueve más estímulo que el cumplimiento estricto de su deber y el amor a su Patria y a su Rey

En estos perversos, frívolos y mudables tiempos del pérfido, desleal y cobarde Socialista, resuena el discurso de Rivera

No es nada placentero lo que en Ávila se siente. La piedra berroqueña o granito gris del caserío y de las murallas, que parecen apretujarlo; lo frío y áspero del clima, lo descarnado y seco de sus alrededores, los montes que el horizonte cierran, todo da una impresión de dureza, de frialdad, de algo ceñudo y triste, de rudo y encapotado, que aleja los sentimientos plácidos y agradables de la mente y parece que aprieta y oprime el pecho. Pero en estos tiempos de molicie refinada, de olvido de todo lo serio y grave, viene muy a cuento un baño de seriedad y gravedad que robustezca y dé fuerte temple al alma.
Todo español debiera venir a esta ciudad a templar se espíritu, como se templa el acero sumergiéndolo en el agua fría.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Don Juan del Águila (IV)

Don Juan dejó prescritas diversas donaciones más:

Diez ducados a un predicador de la orden de San Francisco, “de quien yo soy particularmente aficionado”, por predicar en las solemnidades de la Concepción, aniversario del propio don Juan, difuntos, Santísima Trinidad y San Juan Bautista (Señala que será “el mejor de la casa). Acabado el sermón, debía encomendar a Dios el alma de don Juan. En caso de no poder predicar un religiosos de San Francisco, debía hacerlo un fraile de Santo Tomás.

Una fanega de centeno, anual y por vecino, a treinta y tres vecinos de El Barraco, los más “pobres que en él hubiere, impedidos, viejos, enfermos y viudas… y si hubiere enfermos entre los dichos pobres se les dará en trigo”. La donación se debía repartir el día de Viernes Santo.

Doce reales, anuales y por vecino, a doce enfermos de El Barraco que no “tengan con que curarse, ni pagar medicinas… y se tendrá cuenta con las viudas y viejas”.

Cuarenta reales cada ano a una mujer “vieja y que sea muy pobre y viuda”, con la obligación de rezar cada semana un rosario de Nuestra Señora, un Padre Nuestro, un Ave María y el Credo. En el rosario que tuviere la mujer “tendrá cuentas de perdones que se ganen indulgencias y se saquen almas de purgatorio. Rogará a Dios por mí y que saque la mía”. La mujer debía ser devota y honrada, dándole “esta limosna perpetua”.

Cincuenta ducados anuales a doña Isabel Álvarez, tía de don Juan. Después de sus días, el dinero se debía entregar a las hijas solteras de doña Isabel.

Cien ducados anuales a doña María de Velasco, hermana de don Juan y monja en el monasterio de la Encarnación.

Doce ducados anuales a doña Catalina de Velasco, hermana de don Juan y monja en el monasterio de la Encarnación.

Doce ducados anuales a doña María de Velasco, hermana de don Juan y monja en el monasterio de Nuestra Señora de Gracia.

Diez ducados anuales a don Alonso de Arellano, su hermano.

Trescientos sesenta y seis reales anuales a Alamberto Fins, su criado.

Ochocientos reales por una vez a Baltasar Moreno, su criado.

jueves, 17 de diciembre de 2009

¡Qué políticos! (II)

¿Creerá el ministro Aído que ha inventado la rueda?

La pobrecita- no merece otro calificativo con semejante miseria intelectual- “piensa” que es la primera mortal en preocuparse y proteger a la mujer agredida por su pareja.

Si tuviera una mínima capacidad de reflexión y disposición para el aprendizaje se daría cuenta de su yerro (Aclaración para la ministra: ¡con y!).


Ávila, marzo de 1666

La Iglesia, la institución que tanto odia esa mocita y sus compinches de desgobierno, inicia los trámites de divorcio- sí, ¡divorcio!- entre María del Rincón y Antonio Fernández Núñez. ¿La razón? Los “malos tratamientos” que se creía sufría María. Digo creía, pues la propia documentación expresa: “suponiendo malos tratos… sin tenerlos justificados”. Eso, jovenzuela, se llama prevención.

La Justicia, esa que tanto desprecian la mocita y sus compinches de desgobierno, ordenó el encarcelamiento- sí, ¡encarcelamiento!- de Antonio, obligándole, además, a satisfacer a María con “diferentes cantidades de maravedís para sus alimentos”. Eso, jovenzuela, se llama prevención y asistencia.

Señora ministra, ¡usted no ha inventado nada! Desde hace siglos se protege a las mujeres maltratadas, desde tiempos lejanos se castiga a los maltratadores.

Señora ministra, ¡usted no ha inventado nada! Usted, so pretexto de modernidad y progreso, se dedica a engordar el sectarismo y el fundamentalismo de género.

Señora ministra y señores del gobierno, consagren su tiempo a gobernar con prudencia, justicia, generosidad e impulsados siempre por un fin noble, pues “el mérito o el vicio de una acción no se encuentra tanto en la acción misma como en los motivos que la inspiran y en el fin de cuya realización se trata” (Aristóteles. Política, Libro IV, Capítulo XIII).

Por cierto, regálese algo, aunque sea poco, de formación:

Curriculum de Bibiana Aído

Prácticas en Unicaja durante el periodo agosto - octubre de 2000 (3 meses).
• Iturri S.A.: noviembre 2000 - septiembre 2001 (10 meses).
• Caja San Fernando: contrato desde diciembre 2001 al 15 marzo 2002 (3 meses).
• Observatorio de Emprendedores de la Universidad de Cádiz: abril 2002 – diciembre 2002 (Cargo político: 9 meses).


Y...

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Julio Camba



Releyendo a Julio Camba, me tropecé con una afirmación que resultó ser profética:

"Nueva York ama el peligro y adora las catástrofes, que constituyen, en último término, una de sus mejores formas de publicidad".
Julio Camba. La ciudad automática (1932)

Don Juan del Águila (III)

Don Juan del Águila fundó una capilla y obra pía en la parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de El Barraco.

Ordenó que el patrón de la capilla pudiera nombrar capellán, persona “benemérita y virtuosa que sepa, por lo menos, casos de conciencia”.

El capellán debía confesar “en el dicho lugar de El Barraco a los que le llamaren”, por lo que quedaba obligado a morar en el pueblo. En caso de ausentarse, “para algunos negocios”, debía hacerlo con licencia del patrón, por un periodo máximo de mes y medio al año y nunca en tiempo de Cuaresma. Además, no debía gozar otro beneficio ni renta eclesiástica que requiriera asistencia personal. Una vez proveído el beneficio, no se le podía enajenar el mismo, ni nombrar otro capellán en su lugar, si no fuere por sentencia de justicia. Nombró como primer capellán a Bartolomé Díez de Luján (En caso “que sea muerto lo sea Bernardo Prado, y en caso de que también muera, lo sea Juan Berrocal. Y si cuando faltare capellán, después de los nombrados, hubiere algún deudo mío, de parte de mi padre primero y postrero de mi madre, es mi voluntad se le de la dicha capellanía”).

Al capellán se le debían librar trescientos ducados anuales, obligándose a celebrar una misa diaria por el alma de don Juan (Acabado el sacrificio eucarístico se debía celebrar un responso sobre la sepultura de nuestro militar). Los jueves debía oficiar la eucaristía en el altar mayor del Santísimo Sacramento, mientras que los sábados era obligada su celebración en la ermita de Nuestra Señora de la Piedad (También señala: “”En caso que por su devoción quiera decir algunas, podrá hasta treinta, dando la limosna a quien diga por mi las dichas treinta”).

Además, los días festivos debía revestirse con sobrepelliz, para asistir a la misa mayor, a parte de asistir a vísperas y ayudar a cantar al párroco de la iglesia. Los días del Corpus y su octava, y el Jueves Santo, estaba obligado a acudir a las procesiones respectivas (Antes de salir la procesión de Jueves Santo, el capellán “encomendará en voz alta por mi a todos un Ave María”. En el resto de celebraciones deberá “encomendarme a Dios particularmente y también rogar al santo cuya fuere la fiesta, interceda por mi con Dios nuestro Señor”), mientras que en Semana Santa debía acudir a los oficios.

También ordenó al patrón de la capilla, que nombrara un monaguillo “que sea natural de El Barraco”. Al monaguillo le correspondían diez ducados al año, una loba azul decorada con sus armas (De veinte reales la vara) y dos pares de zapatos al año (De doble suela). El monaguillo sería de los más pobres, procurando, además, que “tenga muy buena voz y que sepa cantar” (El capellán debía enseñarle a cantar y escribir). Por último, señala que el monaguillo tenga obligación de “barrer y tener cuidado que esté muy limpio el altar”.

Asimismo, don Juan dejó fundada una obra pía. La obra se fundó para casar doncellas huérfanas y pobres. En caso que “alguna vez faltaren las dichas huérfanas”, las elegidas debían ser hijas de viudas “pobres y que no tengan nada, excepto alguna cosa”.

Las dotes se debían repartir:

El primer año “se empiece en El Barraco” dando ochenta ducados “a la que menos se le diere”, y cien ducados “a la que más”. Advirtió que en caso de haber “muchas por casar, a ochenta, y si pocas, todas a ciento”.

El segundo año la dote se debía conceder en El Barraco y en Ávila, siendo todas las dotes de cien ducados.

Si hubiera alguna deuda del propio don Juan “dentro de cuarto grado” se le debía dar todo el montante de la dotación, advirtiendo que “no se de la tal dote hasta que la tal esté desposada” y que no se entregue “a sus padres ni parientes, sino a ella y a su marido” (De la misma forma se debía hacer en caso de que deseara ingresar en religión).


Para la designación de aspirantes, los patrones (Gil Antonio del Águila y Calatayud, sobrino de don Juan, el obispo de Ávila, el guardián del monasterio de San Francisco de Ávila, el prior del monasterio de Santo Tomás en Ávila y un regidor de la ciudad) se debían reunir, en la morada del obispo, un día de la Pascua del Espíritu Santo. La información sobre las pretendientes de El Barraco debían facilitarla los alcaldes, regidores, cura, capellán y cuatro personas de las más viejas del lugar; mientras que no era necesaria información extra de las aspirantes abulenses “pues los señores patrones las conocen”. Las dotes debían ser entregadas el día de Nuestra Señora del mes de septiembre, al ser “el mejor tiempo para bodas”.

Por último, dejó fijado que “como reconocimiento del bien que me hacen los señores patrones” se les dieran cincuenta reales a cada uno, disculpándose por la escasez de la dádiva “por no quitarlo a los pobres”.

martes, 15 de diciembre de 2009

¡Qué políticos!






¡Político suelto!





Ya lo dijo San Pablo: “Veo los peligros de la vida presente; peligro en el mar, peligro en la tierra y peligro en los falsos hermanos”.


Los políticos son como los falsos hermanos, parecen tus más íntimos deudos, especialmente en época de elecciones, pero luego son los perros que muerden la mano de su amo.

Un diputado socialista, de nombre Manuel Pérez Castell, ha comentado sobre la agresión sufrida por don Silvio Berlusconi: “Al Duce, Il Cavaliere, le han partido la cara… Los locos en la niebla y los niños en la aurora, de sus palabras dementes, según dice la gente, cada cual a su modo nunca miente (Texto de Silvina Garre)”

¿Cómo puede haber semejantes inútiles, pelados y Juan Lanas en la vida pública?

¿Qué autoridad moral e intelectual tiene este espécimen para vomitar esta basura?

Es bueno recordar lo que algunos hombres ilustres dijeron o escribieron:

"¿Quién es libre? El sabio que puede dominar sus pasiones, que no teme a la necesidad, a la muerte ni a las cadenas, que refrena firmemente sus apetitos y desprecia los honores del que confía exclusivamente en sí mismo y que ha redondeado y pulido las aristas de su carácter." (Horacio). ¿Es libre el diputado socialista?


"Un buen gobierno produce ciudadanos que se distinguen por su valor, su amor a la justicia y otras buenas cualidades. Un mal gobierno les hace cobardes, rapaces y esclavos de todos los deseos deleznables." (Dionisio de Halicarnaso). ¿En qué grupo clasificamos al diputado socialista? ¡No parece muy difícil!

"Una parte de la bondad consiste en amar a la gente más de lo que se merece." (José Joubert). No sé si don Silvio Berlusconi merece mucho amor, pero tengo claro que la bondad no es una cualidad que distinga al diputado socialista.

"Se tiende a poner palabras allí donde faltan ideas." (Goethe). “¡Bla, bla, bla…!” Escupe el diputado socialista. Aplíquese al diputado socialista:


"No hay mal que por bien no venga" (Refrán popular). Los electores albaceteños ya saben a quién no deben votar en las próximas elecciones.

"Las puertas de la sabiduría nunca están cerradas. " (Franklin). "Señor" diputado… ¡Entre sin escrúpulos!

“Quien ama el peligro, en él perece”. (Refrán popular). El diputado socialista es amante del peligro.



Y más…


Y más..

Don Juan del Águila (II)

Para las celebraciones eucarísticas dejó estipuladas diversas mandas de objetos y ornamentos litúrgicos:

Un terno de damasco blanco y azul para la eucaristía del día de la Concepción.

Un frontal de damasco para el altar.

Un frontal de damasco carmesí que “lleve algún oro y aderezo”.

Un terno y frontal de seda negra que “lleve algo colorado”, para cuando la iglesia pone luto.

La ropa blanca necesaria para albas y “otras cosas”.

Sábanas de altar y cuatro sobrepellices para el capellán (Los sobrepellices se compusieron de diversas sábanas “de lindo lienzo).

Doce sobrepellices para el monaguillo.

Unas toallas, “que tengo muy buenas”, para la capilla. Con ellas se debía componer el altar cuando hubiera celebración eucarística o cuando se diera la comunión.

Tres cálices, con sus patenas y vinajeras, grandes, buenos y fuertes. Uno de los cálices “adornado todo” y dos blancos y dorados por dentro. En cada pieza sus armas labradas.

Una cruz, “un poco grande”, de plata con su Cristo, para presidir el altar cuando se celebrara la eucaristía.

Dos misales buenos y un manual.

Un hostiario de plata.

Cuatro candeleros, dos de plata y dos de cobre.

Un pendón, grande y bueno, de damasco azul. Adornado, por una parte, con un crucifijo, la Virgen y San Juan Evangelista; por otra, San Juan Bautista, con sus armas “en las partes que más adornaren”. Este pendón debía procesionar el día y octava del Corpus, en Pascua de Resurrección y los días en los que hubiere procesión general. Añade que se “trate muy bien y renovarse cuando se rompa”.

Además, dejó señalado que se confeccionaran doce banderas, “de la propia suerte de una inglesa que tengo en mis cofres”, para adornar el altar”.

El capellán debía tener “gran cuenta con lo que está a su cargo, así de limpiarlo, como de lavarlo”. Además, lo que se perdiere “por su culpa, que lo pague”.
Por último, señala que “no se prestará ornamento ni otra cosa de mi capilla, sino fueren los candeleros de plata y cálices para las Pascuas, Corpus y Jueves Santo, para adornar el altar mayor de El Barraco”.

Sobre elementos y ornamentos es interesante: www.conelpapa/misa/2misa.htm

domingo, 13 de diciembre de 2009

Don Juan del Águila (I)

Deseando completar el artículo sobre don Juan del Águila, la extensión permitida no dio para más, publicaré algunos detalles y particularidades que considero interesantes.

En primer lugar, un análisis del testamento ordenado el 14 de agosto de 1599 (Archivo Histórico Provincial de Ávila. Protocolo 525).

Dos Juan del Águila comenzó su testamento con la invocación habitual en este tipo de documentos y en la época señalada: "In Dei nomine, amen".

Seguidamente, manifestó encontrarse en perfecto estado mental, "en mi sano juicio y entendimiento que Dios nuestro Señor ha sido servido de darme"; reconoció la fragilidad de la vida, "reconociéndome por frágil y mortal"; y la incertidumbre que suscita en el hombre, "no se el como ni el cuando será Dios servido de llamarme a dar cuenta de mi vida y parecer delante de su divino tribunal".

A continuación, como era habitual, expuso las cláusulas propiamente religiosas. En primer lugar, formalizó la protestación de fe, "creo y tengo todo lo que cree y tiene la Santa Madre Iglesia apostólica romana"; y acto seguido encomendó su alma y su cuerpo, "mando mi alma a Dios que la crió y redimió con su preciosa sangre y el cuerpo mando a la tierra de que fue formado". Después , pidió perdón por los pecados cometidos; "suplico a la Santísima Trinidad, que es una misma esencia – declara su fe en el misterio trinitario- perdone mis culpas y pecados, no mirando a ellos, sino a su infinita clemencia. Y a la gloriosa Virgen María, Reina de los ángeles y Señora nuestra, suplico ruegue a su Divino Hijo me perdone mis pecados y me conceda el Reino de los Cielos ". Finalmente, acogió como "abogados e intercesores a todos los santos y santas de la corte del Cielo que supliquen ala Divina Majestad use conmigo de su misericordia".

Concluidas las cláusulas específicamente religiosas, don Juan dispuso todo lo referente al futuro descanso de su cuerpo y solaz de su alma. Don Juan ordenó que el cuerpo fuera enterrado en la iglesia parroquial de El Barraco, junto "al altar mayor, a la mano derecha, donde están los órganos, los cuales quitarán de allí" (Hasta que estuviera todo dispuesto, el cuerpo dde don Juan debía yacer en una sepultura provisional. Juan Gil, vecino de El Barraco, recibió12 reales por abrir dicha sepultura). Estableció que se construyera "un altar metido en la propia pared del lado de la capilla mayor". Dicho altar debía sobresalir "todo lo que fuera necesario", para que hubiera espacio y encerrara un retablo "y columnas que fueren menester, para que esté bien adornado y vistoso". Don Juan advierte que "no ha de ser capilla, sino sólo altar y muy bueno". Además, el altar debía tener "unas cortinas que le cubran, para cuando no fuere necesario estar descubierto.




Por lo que respecta al retablo, dejó ordenado que estuviera "muy bien hecho", situando en el centro del mismo "una pintura grande que yo tengo de nuestra Señora con su Hijo Bendito y Santa Ana y Santa Isabel y San Juan Bautista". Junto a dicha obra, se debían disponer "otras pinturas de las que mejor dijeren". Su intención era hacer "un retablo muy bueno".
Asimismo, las paredes laterales debían estar bien adornadas con pinturas.
Las pinturas que no se utilizaran en la construcción del retablo o las que no fueran instaladas en las paredes laterales, debían ser entregadas al capellán de la obra pía fundada por el propio don Juan, con la obligación de guardarlas y conservarlas "muy limpias y sin polvo", pues debían adornar un altar dedicado al santísimo Sacramento, que se dispondría en la iglesia los días de Jueves Santo y Corpus.

También dejó dispuesto que todas las reliquias que poseía- la memoria y bulas de lo que eran las guardaba en su escritorio y eran "muy verdaderas y de gran devoción- junto a un relicario de ébano que las guardaba y una cruz, se expusieran sobre el altar los días de Jueves Santo y de la Santísima Trinidad, permitiéndose "tocar en ellas los rosarios y otras cosas a quien lo pidiere" (Ordenó que todas las reliquias, junto al relicario y la cruz, no se "toquen por su gran antigüedad). Las reliquias serían guarnecidas "como les pareciere a mis testamentarios y patrón", pero con "poca costa". Asimismo, advirtió que el capellán tuviera "gran cuenta con ellas, sin que pueda tomar ni dar de ellas a nadie, ni parte por pequeña que sea, ni al patrón, ni a otra persona".

Tras las cláusulas reveladas, don Juan dejó ordenados los sufragios que debían celebrarse por el descanso de su alma:

El día del sepelio, honras y novena catorce misas cantadas con diácono y subdiácono (Estipuló 182 reales de ofrenda para dichas misas). En los sufragios de los días de entierro y honras se ofrecieron seis fanegas de trigo (84 reales, 14 reales la fanega), seis carneros (90 reales, 15 reales cada carnero) y seis cántaros de vino (66 reales, 11 reales cada arroba). Los derechos de los sacristanes ascendieron a 24 reales.

El día de la Santísima Trinidad una misa solemne por su intención y en acción de gracias por la victoria que las armas españolas consiguieron en Croan, en la que participó activamente (8 reales de ofrenda. La victoria sobre el ejército franco-inglés se consiguió en la víspera de dicha festividad). Estableció que la misa fuera celebrada por el cura de El Barraco. Además, debía repartirse una fanega de trigo amasado "entre las personas más pobres que hubiere en El Barraco" (Cada persona favorecida recibiría tres cuartales). Este día "también se adornará la iglesia, porque ha de ser muy solemne).

El día de la Concepción de la Virgen una misa en la ermita de la Piedad. La eucaristía sería celebrada por el capellán. Dispuso distribuir una fanega de pan amasado entre "las doncellas más pobres que hubiere en El Barraco" (Tres cuartales para cada una). También estableció que si alguna viuda tuviera alguna hija, aunque fuera de "no más de seis años", le fuera otorgada dicha manda (El número de estas pequeñas no debía exceder de tres, habiendo otras mayores).

El día de San Juan Bautista una misa cantada. La ceremonia sería oficiada por el párroco de la iglesia (8 reales de ofrenda). Estableció repartir una fanega de trigo amasado entre "los más de El Barraco" (Un cuartal a cada uno, excepto a los que entre ellos se llamaran Juan, que "se les dará doblado").

El tres de noviembre una misa con responso "muy solemne" (8 reales de ofrenda). La misa la debía oficiar el capellán.

¡Vergonzoso!


¿Qué me dicen del nombre del Centro de Congresos y Exposiciones de Ávila?


¡Se llama Lienzo Norte!


¿No hay en Ávila una personalidad histórica digna de llevar su nombre?


Los ciudadanos abulenses no merecemos unos representantes municipales tan mediocres.


viernes, 11 de diciembre de 2009

Juan Carlos Bermejo de la Cruz


Licenciado en Geografía e Historia (Salamanca, 1990)

Diplomado en Profesorado de E.G.B. Especialidad Ciencias Humanas (Ávila, 1993)

Doctor en Historia Medieval, Moderna y Ciencias y Técnicas Historiográficas (Madrid, 2003)

Miembro de Número, Sección Historia, de la Institución Gran Duque de Alba

Profesor de Educación Secundaria Obligatoria en Ávila

Publicaciones:

BERMEJO DE LA CRUZ, Juan Carlos. Actitudes ante la muerte en el Ávila del siglo XVII. Ávila, 2008

BERMEJO DE LA CRUZ, Juan Carlos. "Moriscos abulenses que lograron evitar la expulsión" Cuadernos Abulenses, 23 (1995), p. 159-198.

BERMEJO DE LA CRUZ, Juan Carlos. "Esclavitud en Ávila, 1525-1640" Cuadernos Abulenses, 37 (2008), p. 65-133.

BERMEJO DE LA CRUZ, Juan Carlos. "Don Juan del Águila" Actas del Congreso V Centenario del Nacimiento del III Duque de Alba, Fernando Álvarez de Toledo (2008) p. 525-531.

Otros:

"Celebraciones públicas en honor de la dinastía Borbón: Las proclamaciones reales". Trabajo de investigación realizado con una beca de investigación de la Institución Gran Duque de Alba (Ávila, 2001)

Ganador en 2004/2005 del Concurso "Conocer las Ciudades Patrimonio" por el trabajo de investigación "La Plaza Mayor de Cáceres: púlpito del poder y escenario de la sociedad civil"

Ganador en 2005/2006 del Concurso "Conocer las Ciudades Patrimonio" por la WEB "Cuenca con los cinco sentidos"

Coorganizador del ciclo de conferencias "Interculturalidad: Aprende a vivir, aprende a convivir, amplía tu experiencia" Avila, 2003.

Condecorado con la Cruz del Mérito Naval de cuarta clase con distintivo blanco (1994)




lunes, 7 de diciembre de 2009

En memoria de mi abuelo

Tomás de la Cruz: secuestrado y asesinado por el terrorismo maqui. Gil García (Ávila) en 22 de noviembre de 1945

España es una tierra hermosa: ahíta de belleza natural y colmada de magnificencia arquitectónica.

El pueblo y la nación española, en tiempos pretéritos, fue dinámica, ardorosa y gallarda.

España fue…

¿Y ahora?

Hoy es un Estado- ya no se nombra como país o patria- que olvida y rechaza su pasado y, lo que es aún peor, a hombres y mujeres que sufrieron y murieron por defender y salvaguardar lo que creyeron justo.

España está gobernada por políticos mediocres, acomplejados y revanchistas. La España actual- nada que ver con la patria de nuestros ancestros- ha olvidado y satanizado a nuestros abuelos.

El Panfleto de Desmemoria Pseudohistórica- los biempensantes de hoy lo llaman Ley de Memoria Histórica- de 2007 está excluyendo, despreciando y ultrajando a parte de una generación que sudó, combatió y murió por su patria.
Una parte del pueblo español está siendo represaliada por unos políticos resentidos, vengativos y sin visión de futuro.

Hablan, casi ladran, de devolver el honor y reconocer y ampliar derechos a quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y después de ella.

Pero… Sólo a unos pocos!!

¿Y los otros muertos?

Una persona sensata y juiciosa nunca podrá comprender esta falta de ecuanimidad y justicia. Los descendientes de secuestrados, torturados y asesinados por las partidas facinerosas y terroristas del maquis, recordamos con amargura la desesperación, los llantos y la angustia de nuestras abuelas y abuelos evocando el asesinato cobarde y traidor de su esposa o esposo.

Mi abuelo fue secuestrado y asesinado por el terrorismo maqui. ¿Mi abuelo no tiene derecho a ser recordado? ¿A mi abuelo no se le va a devolver el honor?
Mi abuela, tenía 38 años cuando asesinaron a su esposo, quedó marcada para el resto de su vida. La recuerdo vestida de negro- no quiso despojarse del luto- y con un rictus de tristeza y dolor casi perpetuo. Una mujer rota por el desconsuelo el día que se conmemoraba el aniversario de la muerte de mi abuelo. ¿Mi abuela no tiene derecho a que se honre la persona y la memoria de su esposo?

Las familias de los secuestrados, torturados y asesinados por el terrorismo maqui, ¿tenemos que sufrir este oprobio?

Este panfleto de desmemoria pseudohistórica nos ayudará a recordar con más fuerza, si eso es posible, a los hombres y mujeres que sufrieron y murieron por defender España.

Gracias a ese panfleto indecente, inmoral y ponzoñoso recordaré y honraré la memoria de mi abuelo con más fuerza y cariño.

Un grito brotará de mi/nuestras laceradas gargantas. ¡No olvido! ¡No olvidaré!