jueves, 26 de agosto de 2010

Las proclamaciones reales (La proclamación de Fernando VII y dos)

La ciudad de Ávila fue saqueada por las tropas francesas en enero de 1809. ese mismo mes fue nombrado comandante de la provincia de Ávila Don Joseph Leonardo Hugo y la ciudad ocupada por sus tropas. La ocupación francesa se prolongó hasta mediados de 1812, llegando la Junta Superior de la provincia de Ávila a la capital el día 12 de julio. Durante la ocupación francesa se celebró la proclamación de José Bonaparte, celebración que se verá más adelante.
El día 15 de julio se nombró como corregidor a Don Esteban Rodríguez Gallego, pronunciando un discurso referente al "estado de esta monarquía, en quanto debía obserbarse a mayor beneficio de este ppco y bien estar de su vecindario"
[1]. Al día siguiente se realizó la proclamación y publicación de la Constitución Política de la monarquía española en la plaza del Mercado Chico en "cumplinto de los rs decretos del Consejo de Regencia del Reyno y de lo acordado por el Ylle Ayuntamto de esta ciudad", mientras que la publicación en la catedral se fijó para el día 19. La función fue presidida por el presidente y la Junta Suprema de la provincia participando, además, el Concejo y gran número de vecinos. La lectura de la Carta Magna se cumplió "sin omitir parte alguna" y observándose un gran silencio y respeto por parte de todos los presentes. Al final del acto se desató un "general regocijo con motibo de tan plausible y deseado acto". Para finalizar, hubo iluminación en las casas consistoriales y un refresco en casa del presidente de la Junta Suprema Provincial[2]. La proclamación de la Constitución en la catedral no se pudo verificar el día 19, pues la Junta Suprema Provincial se vio obligada a abandonar la capital a consecuencia de la inminente "llegada de las tropas francesas"[3].
Pocos días después, el 14 de agosto, se recibió un oficio del intendente en el que informaba a la Ciudad de la entrada del "exército convinado" en la ciudad de Madrid. La junta Suprema de la provincia ordenó oficiar una misa solemne y un Te Deum el día 15
[4] y cuatro noches de iluminación, siendo la primera el mismo día 14[5].
Pero la alegría por la liberación fue efímera, pues en noviembre fue tomada nuevamente por el ejército francés. La retirada definitiva no se produjo hasta el día 27 de mayo de 1813. Por fin, a primeros de abril de 1814 el ejército francés abandonó territorio español.
Poco antes, el 22 de mayo, el rey Fernando VII regresó a España. La noticia de la vuelta a España del rey no llegó a Ávila hasta el día 26, cuando en sesión consistorial se leyó un oficio del Jefe Político, Don Bernardo de Borja, en el que comunicaba un decreto de las Cortes, de fecha 25 de marzo, en el que se disponía la celebración de tres días de iluminación
[6] y de un Te Deum[7] con motivo de la "plausible noticia de que nro amado monarca el sr dn Fernando el séptimo había determinado salir el treze del corriente de Valencia para entrar en España"[8].
A partir de aquí, es muy interesante comprobar como las celebraciones en honor del orden constitucional desaparecen, para ir celebrándose aquellos actos que están relacionados con la vuelta del rey Fernando VII y de la monarquía absoluta. Así, el día 23 de abril se recibió un oficio del Jefe Político, de fecha 22 del corriente, en el que informaba de una comunicación enviada por el secretario de Estado y del despacho de la Gobernación, de fecha 14 de abril, en la que daba cuenta de una orden de las Cortes dictaminando la celebración "en todas las iglesias de las Españas", de un Te Deum por la "feliz instalación de las mismas en su segunda legislación", así como tres días de rogativas públicas "para lograr del Padre de las luces las que tanto necesitan para el buen acierto de sus deliberaciones"
[9]. El día 30 de recibió otro oficio del Jefe Político, de fecha 29, en el que avisaba a la Ciudad de la imposibilidad de celebrar la festividad nacional del 2 de mayo, al celebrarse ese mismo día la festividad de San Segundo.
El recorrido que fue efectuando Fernando VII a su vuelta a la Península, fue una demostración de apoyo a la institución monárquica, sobre todo por parte de las capas populares de la sociedad y de la Iglesia. De esta forma, el momento de mayor exaltación monárquica se produjo en Valencia, ciudad en la que entró el cortejo real el día 16 de abril. Fue en esta ciudad en la que se produjo el levantamiento del ejército del general Don Francisco Javier Elio, que pidió la vuelta del absolutismo. Además, se le entregó al rey el "Manifiesto de los Persas", documento de ideología reaccionaria, firmado el 12 de abril. Así las cosas, el monarca en el Decreto del 4 de marzo, publicado en Madrid el día 10, declaró "nulos y de ningún valor ni efecto" la Constitución y los decretos de las Cortes de Cádiz. En la noche del 10 al 11 de mayo las tropas absolutistas del general Eguía tomaron Madrid y el día 11 llegó el rey Madrid, donde ordenó detener a los dos regentes. El triunfo del absolutismo fue total.
Durante esos mismos días y los siguientes, la ciudad de Ávila exteriorizó su alegría por la vuelta del rey a la Corte. Así, el cabildo catedralicio, en la sesión capitular del día 11, acordó que el día de San Fernando se hiciera una función, "lo más solemne y circunstanciada que se pueda", en honor del rey, y en la sesión del día 13 se dispuso el repique general de campanas y la iluminación de la torre de la catedral y domicilios de los prebendados para conmemorar la entrada del rey en Madrid
[10]. además, una comisión del cabildo, formada por Don José Aguado, arcediano de Olmedo, y Don Lorenzo Hernández de Alba, canónigo lectoral, visitó el día 19 al rey. En esta visita los comisarios pronunciaron una arenga en la que manifestaban la dicha experimentada por el cabildo y el obispo de Ávila ante la vuelta del monarca[11]Por parte del Concejo de la ciudad se envió una carta al rey en la que manifestaba su júbilo por la libertad recobrada de su persona[12] y se celebró una función de acción de gracias por la "venida prodigiosa y el restablezimiento al trono de nuestro esperado monarca". El Concejo también resolvió enviar una delegación a la Corte, integrada por Don Francisco Crespo y Don Eusebio Díaz Iglesias, para felicitar al monarca por su regreso a España y su restablecimiento en el trono, y para informar del estado de decadencia en el que se encontraba la ciudad, con motivo de la "extancia permanente que hicieron las tropas enemigas durante su dominación". La delegación fue recibida por el rey el día 27 de mayo con "aquella pompa y omenage que es propio a S.M." [13]. Ese mismo día, el Concejo acordó celebrar la festividad de San Fernando en honor del rey y en agradecimiento por "la deseada y feliz restauración al trono de nuestro monarca, pidiendo la conservación por la salud de S.M., para el mejor acierto en el régimen del Reyno". Las celebraciones comenzaron el día 29 con la iluminación del balcón principal del ayuntamiento. El día 31 de mayo y el día 1 de junio se celebraron dos corridas de novillos[14] y hubo función de cohetes y carretillas[15]. El día 4 hubo repique general de campanas e iluminación general. El día 5 se celebró una misa solemne en el convento de Santa Teresa, procesión e iluminación general[16]. Por fin, el día 6 se cerraron las celebraciones con una tercera corrida de novillos. El gasto total de estas fiestas fue de 3547 reales y 19 maravedís.
[1] Ib., libro núm. 200, fol. 49.
[2] El refresco ofrecido a las autoridades importó 855 reales y 22 maravedís. La cuenta fue presentada por el botillero Juan Gutiérrez de la Madrid. Ib., fol. 122v.
[3] Ib., 52v. La sesión consistorial del día 20 de julio fue presidida por Don Dionisio Jiménez Salvadiós. La función de proclamación de la Constitución en la catedral se aplazó hasta el día 2 de agosto. Ib., fol. 58.
[4] Se pregonó por la ciudad con toque de clarín y cajas. Participó también la guarnición de la ciudad, "con suficiente tropa", y en los lugares públicos y "acostumbrados se hagan salbas". Ib., fol. 67.
[5] La cera gastada en los cuatro días de iluminación importó 372 reales. Ib., fol. 123.
[6] Las iluminaciones se iniciaron el mismo día 26.
[7] Se ofició el día 27.
[8] Ib., libro núm. 202, fol. 63v-64.
[9] El Te Deum se celebró el día 24 de abril.
[10] A.C.A. Actas cap. año 1814, fols. 50 y 51v.
[11] Ib., fols. 56v-57.
[12] Sesión del día 14 de mayo. A.H.P.Av. Ib., fols. 100-101.
[13] Sesión del día 20 de mayo. También asistió Don Luis Francisco Rosado, corregidor de la ciudad. Los gastos de los dos regidores, corregidor, síndico provisor del Común, alguacil, portero, criados y caballerías, ascendieron a 1482 reales y 22 maravedís. Los regidores renunciaron a sus dietas, "atendiendo a el estado deporable que en el día tienen los propios". Ib., fol. 101v.
[14] Se nombró comisarios a Don Alonso Blanco Ortega y a Don Félix Muñoz. El gasto ascendió a 1516 reales y 28 maravedís.
[15] Se facultó a Don Antonio Aparicio. El gasto ascendió a 320 reales.
[16] Los gastos ascendieron a 579 reales y 25 maravedís.

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