miércoles, 18 de abril de 2012

Miniatura I (19 de abril de 1590)

El Jueves Santo de 1590, después del sermón y del evangelio, celebrado en el coro de la catedral de Ávila, se juntaron en la capilla de San Bernabé los miembros del cabildo catedralicio, y por estar “indispuesto y con poca salud su señoría, el obispo, para lavar a los pobres, como suele en semejantes días”, don Diego de Bracamonte, deán de la catedral abulense, “lavó las manos a todos los beneficiados y prebendados de la dicha iglesia, que presentes estaban”. Celebrado el lavatorio y comenzando por el propio don Diego “todos, por su orden y antigüedad, se pidieron perdón unos a otros”, como lo tenían por “uso y costumbre en semejantes días”.

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