Francisco, portugués y vecino de Viana, vendió a Bernabé Román, mercader y vecino de Toledo, un esclavo negro- Antonio, natural de Angola y de 12/13 años de edad- que, a su vez, compró a Juan Domínguez de la Vega, clérigo, maestro de niños y vecino de Viana.
Antonio era negro atezado, un “poquito romo y bien hecho. Con una señal de marca en el pecho, a la izquierda”. Le vendió “por sano de pies, manos y ojos, sin enfermedad pública ni secreta. Fue “habido de buena guerra, sin ser hurtado ni empeñado”.
El precio de venta se fijó en 30.000 maravedises, pagados en escudos de oro (de a cuatro, de a dos y sencillos) y reales de plata (de a ocho, de a dos y sencillos).
Fecha: 20 de junio de 1587
Antonio era negro atezado, un “poquito romo y bien hecho. Con una señal de marca en el pecho, a la izquierda”. Le vendió “por sano de pies, manos y ojos, sin enfermedad pública ni secreta. Fue “habido de buena guerra, sin ser hurtado ni empeñado”.
El precio de venta se fijó en 30.000 maravedises, pagados en escudos de oro (de a cuatro, de a dos y sencillos) y reales de plata (de a ocho, de a dos y sencillos).
Fecha: 20 de junio de 1587
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