No soy poeta, pero el sueño lírico me persigue:
Recios, austeros, pardos muros
y torreones de un ayer,
testigos de los tiempos duros
de un pueblo que anhelaba ser;
rosados con el alba, oscuros
y fríos al anochecer;
hoy cinturón de los impuros,
logros de siervo y mercader
y torreones de un ayer,
testigos de los tiempos duros
de un pueblo que anhelaba ser;
rosados con el alba, oscuros
y fríos al anochecer;
hoy cinturón de los impuros,
logros de siervo y mercader
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