A finales de 1611 el obispo de Ávila, don Lorenzo Otaduy y Avendaño, enfermó de gravedad. Los médicos abulenses no fueron capaces de sanar al prelado, por lo que se llamó a un médico de Madrid para que el jerarca abulense pudiera recobrar la salud. Así, llegó a nuestra ciudad el doctor don Pedro de Salinas, médico de cámara del rey don Felipe III. Una vez curado, don Pedro de Salinas recibió 120 ducados, cobrados en escudos de oro.
Don Sancho Dávila y Daza (Ávila, 21-IX-1523 / Lisboa, 8-VI-1583)
El estro, a veces, se siente turbado
Extraños seres emplazados en la Plaza del Ayuntamiento de Lisboa
Detalles
Aldaba (París)
Cachivaches
Derviche (Turquía)
Patrimonio abandonado
Convento de Paredes Albas en Berlanga de Duero (Soria)
Textos
Maestros: es necesario conocer al niño, si habéis de educarlo. Educar es encauzar la vida y para esto no basta el empirismo; es imprescinbible conocer al sujeto sobre el cual se trata de influir: estudiar sus funciones psíquicas.
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